PROYECTO HOMBRE MADRID

miércoles, 15 de junio de 2011

Humanización y voluntariado y Espiritualidad para voluntarios, dos libros recomendados


HUMANIZACIÓN Y VOLUNTARIADO. Edit. PPC. Autor: Luis Aranguren Gonzalo. 2011.

El voluntariado -ensalzado por unos, denostado por otros y reconocido por la inmensa mayoría-asegura hoy la posibilidad de construir una casa para todos, donde cada persona, con independencia de su credo, procedencia, nivel económico o cualquier otra circunstancia, se sienta reconocida como tal y promovida a la condición de ciudadana. La humanización es el criterio de actuación de un voluntariado maduro; le mueve el sentido de la dignidad de cada persona. Antes que la calidad, la formación, el programa, la evaluación y sus indicadores se encuentra lo humano como primera y última palabra.
Este libro trata de ahondar en las relaciones entre voluntariado y humanización en cuestiones tan concretas como el respeto a los procesos personales de voluntarios y voluntarias, las características de los procesos formativos, las estructuras más adecuadas que han de ofrecer las organizaciones de solidaridad, el papel de las identidades particulares de cada organización o la vinculación del voluntariado con la política.

ESPIRITUALIDAD PARA VOLUNTARIOS. Edit. PPC. Joaquín García Roca. 2011.

¿Cabe pensar en una mística o espiritualidad de la solidaridad, más allá de la fragmentación de las sabidurías, las religiones y las morales, compartida en el espacio público? El hecho que obliga a caminar hacia una espiritualidad común de la solidaridad es el carácter global de los procesos de exclusión y empobrecimiento, que traspasa fronteras nacionales.
Este libro pretende colaborar en la actualización de una espiritualidad para el voluntariado del siglo XXI. Es una espiritualidad ecuménica, abierta a todos los seres humanos; transreligiosa, para un mundo laico y secular; cotidiana en los espacios de la inmediatez y en las vibraciones de la carne, y ecológica, con voluntad de integralidad. En la creación de esta espiritualidad confluyen tradiciones religiosas, experiencias estéticas y concepciones filosóficas, pero, sobre todo, el coraje de hombres y mujeres corrientes que con sus vidas abren cada día caminos nuevos para vivir solidaria y esperanzadamente.

martes, 14 de junio de 2011

Voluntarios Emocionalmente Inteligentes

Dionisio Contreras Casado

Los últimos años han estado marcados por una gran cantidad de trabajos, reflexiones, conferencias, cursos…, sobre la denominada Inteligencia Emocional, y evidentemente, tanto conocimiento, ha supuesto una revolución; y los que han apostado por ella, han visto sus vidas cuestionadas, y en el mejor de los casos, cambiadas a mejor.

Aunque sea ya un lugar común, a los efectos de centrar el tema, tomo como base la manida definición de Inteligencia Emocional, que nos ofrece Daniel Goleman: “La capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”, y así, podemos establecer: un Nivel Intrapersonal (Autoconocimiento, Autogestión y Automotivación), y un Nivel Interpersonal (Empatía, HHSS, y Capacidad de Liderazgo).

Al grano: ser un Voluntario Emocionalmente Inteligente, involucra ambos procesos de modo interactivo:

- Proceso de tenerse en cuenta: Sabiendo cómo me siento, identificando mis necesidades, y orientándome a la consecución de mis metas.

- Proceso de tener en cuenta al otro: Saber poner nombre y ayudar a expresar lo que el otro siente, contactar con sus necesidades y motivaciones, y facilitar la acción para la consecución de sus objetivos.

Mantener un alto nivel de bienestar emocional como voluntario, y aumentar el nivel de bienestar emocional de las personas con las que actuó en mi acción voluntaria, pasa por el desarrollo de estas competencias emocionales, de modo que repercuta tanto en el desarrollo personal del voluntario, como al desarrollo de la persona con la que se interactúa.

De lo contrario, es decir: de una carencia en el desarrollo emocional del voluntario, la empatía que es una actitud que nos lleva a sintonizar con el sentimiento del otro, (permaneciendo conscientes de que se trata de un sentimiento de otro), puede adoptar formas indeseables: dependencias afectivas, falsa empatía (empatía de atrezzo), cansancio emocional, o derivar en emociones displacenteras para el voluntario: como pueda ser la impotencia derivada de no saber cómo actuar, el miedo, el dolor o la rabia.

El potencial transformador de la acción voluntaria, tiene más impacto en las personas o en la sociedad, cuanto mayor es la integridad personal del voluntario: de un voluntario emocionalmente inteligente.

lunes, 16 de mayo de 2011

Voluntariado y drogodependencias

Víctor Arias Torre

Coordinador del Voluntariado CES Proyecto Hombre Madrid

Proyecto Hombre acaba de cumplir 25 años de trabajo en el campo de la integración social y especialmente en la reinserción de drogodependientes. Desde su origen, con la presencia del Voluntariado como uno de los elementos que dan identidad y mejor expresan el estilo del programa terapéutico-educativo: podría subsistir Proyecto Hombre sin personas voluntarias, pero no sería lo mismo.

Hablamos de más de 2.000 ciudadanos/as que anualmente colaboran con la Asociación Proyecto Hombre (a nivel del Estado) que, con distintas motivaciones, quieren dar un paso más, “salir de si mismos/as” y trabajar por el resto de la sociedad, guardando 5 características comunes:

ü son personas con un compromiso libre, desde una opción personal, que deciden liberar parte de su tiempo en un acción solidaria,

ü altruistas, no van a recibir una compensación económica por la labor que realizan, convirtiéndose en una acción “desde el dar” sin buscar “el recibir” al menos desde una visión monetaria,

ü colaboran desde una entidad, desde un trabajo en común, no una acción individual, si no desde un trabajo en equipo,

ü su fin no sólo es ayudar a los demás, sino también perseguir una transformación social,

ü su labor se convierte en una fuente de crecimiento personal, no recibe una contraprestación económica, pero si un enriquecimiento y maduración a todos los niveles.

El Voluntariado, en una ONG que trabaja con drogodependientes, supone:

· un modelo de referencia para los/as chicos/as que están realizando el Programa,

· un modelo de Sociedad Solidaria, distinta a la que los residentes vienen conociendo,

· son además personas que practican la escucha activa como forma terapéutica de relacionarse con los residentes,

· nos permiten la posibilidad de desarrollar actividades complementarias al Programa Terapéutico que acerquen a los chicos/as a realidades que hasta ahora desconocían o tenían abandonadas (Formación, Cultura, Ocio y Tiempo Libre, etc.), y que de otro modo, no serían posibles.

El voluntariado es expresión de responsabilidad ciudadana, y es la conciencia de esa responsabilidad la que impulsa a los ciudadanos a participar e intervenir en acciones que benefician el interés general.

La clave del voluntariado de acción social es que acerca a los problemas de las personas desfavorecidas: desde ese encuentro humano descubre su potencial transformador, y su labora influye, canaliza o promueve un cambio hacia una sociedad más justa, responsable y solidaria.

En conclusión: el Voluntariado tiene que ser encuentro ente personas, por lo que tenemos un reto, posible y enriquecedor, para todos y todas.


jueves, 27 de enero de 2011

EL VOLUNTARIADO HACIA LA UTOPÍA

Por: Emilio López Salas, Responsable Voluntariado-Cáritas Española

El pasado 2 de diciembre tuve la oportunidad de participar en un acto con motivo del Día Internacional del Voluntariado organizado por la Plataforma de Voluntariado de Burgos y que se celebró en el recientemente inaugurado Museo de la Evolución Humana, en concreto dentro del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH). En tal marco y teniendo como tema para mi exposición “El voluntariado hacia la utopía” se me ocurrió hacer un viaje al futuro, en torno al año 102.000 d.C., donde un grupo de paleontólogos excavasen de nuevo en Burgos y encontrasen una muestra estratificada de lo que fue el voluntariado desde mediados del siglo XX a la primera década del siglo XXI.

LA NUEVA ATAPUERCA siglo XX-XXI – El sueño de Miguelón
El tiempo en esta época corre rápido y los cambios se suceden a una velocidad de vértigo, esto se puede comprobar por la sucesiva acumulación de estratos en muy breve espacio de tiempo y con cambios en su composición y los restos hallados muy significativos. Se encuentran en estos estratos abundante documentación gráfica y, a partir de los años 90, con registros informáticos (que gracias a contar con lectores compatibles con los de aquella época han podido ser analizados y extraída gran parte de la información que contenían).
Hemos podido diferenciar cuatro capas que pasamos a exponer:
Primer estrato: VOLUNTARIADO ASISTENCIAL “Ponga un pobre en su mesa”
Empezando por la capa inferior y, por lo tanto, más antigua, que hemos datado entre 1950 y 1970, no hemos encontrado un voluntariado así mismo denominado de esa forma. Sólo hemos encontrado un dato de un voluntario pero referido a una persona que hizo el servicio militar sin esperar al sorteo de su quinta y que eligió cuerpo y destino para evitar que le tocase ir a Melilla.
Si hemos encontrado restos de algunas organizaciones, muchas de ellas vinculadas a la Iglesia Católica, que realizan tareas de ayuda a los pobres y necesitados y que en algunos documentos muestran un cierto carácter paternalista y protector.
Hemos denominado a este estrato “Ponga un pobre en su mesa” porque hemos podido visualizar una película de 1961 de Luis García Berlanga titulada “Plácido” donde se organiza una gala benéfica, con motivo de las fiestas navideñas, para que los pobres y ancianos cenen con las familias acomodadas de una pequeña ciudad.
Segundo estrato: VOLUNTARIADO MILITANTE “Habla pueblo habla”
En un segundo estrato superior, que se ha podido datar a finales de la década de 1970, hemos encontrado un gran número de publicaciones que hablan de participación, democracia, derechos sociales, libertad,… Todo parece indicar que en España por entonces se dio un cambio de régimen político.
El voluntario es ahora un militante que denuncia, reclama de su gobierno que promueva un desarrollo social semejante al que han tenido otros países europeos en décadas anteriores después de la que se llamó Segunda Guerra Mundial. Es algo que llaman Estado de Bienestar.
Encuentran un ejemplar de la Constitución Española de 1978 donde se dice en el artículo 1 que “España se constituye como un estado social y de derecho”.
Los voluntarios comprometen su tiempo “por la causa” y, por lo que se puede observar, es un tiempo de grandes conquistas sociales, lográndose la Seguridad Social para todos, la implantación y el desarrollo de los servicios sociales básicos,… Muchos de estos militantes voluntarios acaban “quemados” por el propio activismo y se detectan síntomas de decadencia y desencanto mediada la década de los 80.
Se encuentra una caja con cassetes de música de cantautores.
Tercer estrato: VOLUNTARIADO SISTEMA “La prestación de servicios”
En los años 1990 y siguientes hemos encontrado un estrato con algunos cambios significativos con respecto al estrato inferior.
El voluntariado empieza a tomar carta de identidad, denominándosele así en numerosos documentos. Hemos encontrado un repertorio legislativo sobre voluntariado que contiene una Ley Estatal de 1996 y numerosas leyes de diferentes comunidades autónomas. También hemos encontrado un carnet de una voluntaria burgalesa (parece ser que era una actividad mayoritariamente femenina) que pertenece a una ONG que dice estar inscrita en un Registro de Entidades de Voluntariado de la Junta de Castilla y León. Hemos visto como aparecen cada vez más organizaciones denominadas ONG (Organizaciones No Gubernamentales) y que en ellas colaboran muchos voluntarios (mejor dicho, voluntarias).
Las personas voluntarias y sus organizaciones cada vez hacen más cosas y asumen más responsabilidades. Lo que antes hacían las Administraciones Públicas en esa época está siendo “externalizado” y lo hacen las ONG (Tercer Sector se les denomina también en varios documentos).
También empiezan a competir con las empresas de capital privado y, en algún caso, no se ha podido diferenciar entre ONG y empresas.
Hemos visto como en este periodo proliferan muchos voluntariados (olímpico, cultural, cibervoluntario, medioambiental,…); hasta se habla de un voluntariado corporativo vinculado a las empresas (encontramos una guía de gestión de este voluntariado editada por La Caixa).
También descubrimos que en el año 2001 se celebró el Año Internacional del Voluntariado (encontramos un “pin”) y alguna publicación de la misma fecha habla de “repensar” el voluntariado.
Se habla en un vídeo de la profesionalización del voluntariado, de su gestión más eficaz y eficiente, de calidad y voluntariado,… Una publicación de la Fundación Luis Vives titulada “Los equilibrios del Tercer Sector” habla de que las ONG se han visto encerradas en la “jaula de la producción” y que corren el riesgo de perder su base social.
Cuarto estrato: VOLUNTARIADO UTOPÍA
Por último, hemos encontrado en el estrato superior, entre otros muchos vestigios, un cuaderno que nos ha llamado la atención: recoge los apuntes de un asistente al XIII Congreso Estatal del Voluntariado celebrado en Logroño (La Rioja), provincia limítrofe con Burgos, en diciembre de 2010. Una de las anotaciones se refiere a una ponencia de Joaquín García Roca que, por lo que hemos podido corroborar en vestigios posteriores, supuso un replanteamiento del voluntariado y sus organizaciones y “reorientó” su papel posterior.
Se dice en esos apuntes que el voluntariado ha de pasar del enfoque de las carencias al enfoque de las capacidades. El voluntariado supone:
- La capacidad de vivir juntos
- La capacidad de hablar y dejarse hablar
- La capacidad de ayudar y ser ayudados
- La capacidad de sanar y ser sanados
- La capacidad de crear vínculos y quedar vinculados
- La capacidad de transformar y ser transformados

Y terminó mi sueño y mi intervención en el CENIEH.

Testimonio

Soy una voluntaria más de los muchos que disfrutamos colaborando con Proyecto Hombre.
Cuando me invitaron a acompañar en su recorrido dentro del Programa Soporte, a los padres/madres de los adolescentes en los Grupos de Autoayuda, debo decir que me entró un poco de pánico; pero, acto seguido, sabía que el equipo terapéutico estaba detrás y no tuve la menor duda.
Al empezar mi primer grupo con otro monitor, me di cuenta de que empatizas con los padres y madres rápidamente, de que entiendes las cargas emocionales y sentimientos demoledores con los que llegan cuando se empieza un grupo de autoayuda, (angustias, miedos, soledad, preguntas sin respuestas….). Empiezan a compartirlos, a ver que en este bache no están solos, que los demás padres y madres tienen parecidos sentimientos y, en este punto, es cuando empiezan a sentir el apoyo del grupo.
Cada vez que termina una sesión de grupo, puedo ver cómo se sienten mejor o cómo, también, salen más “revueltos”, pues hablan de cosas que no pensaban compartir. A veces escuchas a padres decir, “no tenía que haber dicho esto o me arrepiento de haberlo dicho y contarlo”, y enseguida agregan “pero necesitaba contarlo y este es el sitio adecuado porque me siento escuchado y no juzgado”. Incluso cuando comentan cosas, acto seguido se cuestionan lo dicho anteriormente y reflexionan sobre ello.
Para mí es muy gratificante ver día a día cómo en el grupo los padres y las madres, se apoyan, se ayudan a comprender desde el cariño, la escucha y el respeto. Me alegra cómo se nutren emocionalmente y, lo que es más importante, el esfuerzo tan grande que hacen por cambiar actitudes, modos, costumbres y hábitos adquiridos durante tantos años en beneficio de ellos mismos y de sus hijos. Ver el proceso personal al final del ciclo de los grupos, cómo se transforman las resistencias personales en diálogo, la negación en afirmación, el bloqueo en relajación, la tristeza en alegría y sobre todo cómo se va soltando lastre de todos los sentimientos negativos y se vuelven positivos. Y todo esto en un grupo de personas en el que, la mayor parte de las veces, ni siquiera saben el apellido de sus compañeros.
Mi trabajo como he dicho al principio es “acompañar” al grupo de autoayuda y respetar sus resistencias personales. Yo, cada vez que terminamos una sesión, salgo diciéndome:”¡qué suerte tengo!”, compartir esos ratos con los padres y madres del grupo me enriquece a mí y me ayuda a seguir viviendo conmigo misma y con los que me rodean.
Doy las gracias al equipo terapéutico por todo el apoyo y cariño que recibimos, por las reuniones y jornadas de formación que hacemos, sin que falte un solo detalle. Y sobre todo te doy las gracias a ti, padre o madre de los grupos de autoayuda, por permitirme entrar en la intimidad de tu vida que es lo más preciado que tenemos, y porque cada paso que tú das nos anima a seguir adelante


Juana, voluntaria de Grupos de Autoayuda para Padres/Madres